jueves, 4 de marzo de 2010

Una de Secuestro

El engaño de “Flopy”
La Justicia procesó a uno de los miembros de la banda que, en diciembre de 2008, secuestró al hijo de un empresario santotomesino. Hay un sospechoso prófugo.
Juliano Salierno
jsalierno@ellitoral.com
Un año después de iniciada la investigación por el secuestro extorsivo de un joven de 21 años, hijo de un empresario santotomesino, la Justicia procesó a uno de los miembros de la banda. Se trata de Daniel Vicente Krenz, alias “Pichón”, de 26 años, un conocido de la hermana de la víctima, que aprovechó sus vínculos para conseguir información de los movimientos de la familia.
El juez de Instrucción Séptima, Diego Andrés De la Torre, lo procesó el jueves pasado como presunto “partícipe principal de secuestro extorsivo”. Para el magistrado, la relación establecida entre Krenz y la familia del empresario “le permitió visualizar la situación que atravesaban, en particular el próspero cuadro económico”.
Se refirió a “los hábitos y costumbres de los demás integrantes del grupo familiar”, que lo colocaron “en una situación de privilegio”, ya que brindó los datos que permitieron “inducir a engaño a su víctima”.
En tal sentido el juez De la Torre pudo acreditar que Krenz negoció esa información con terceros, que en realidad fueron los que consumaron el secuestro.
Peligroso juego
Tres hombres redujeron al muchacho la noche del 29 de diciembre de 2008, en la bajada de lanchas de Los Aromos, en Sauce Viejo. La víctima llegó hasta allí en un auto BMW, solo y engañado.
Desde el 25 de diciembre de ese año el joven había comenzado a recibir mensajes de texto de una chica apodada “Flor” o “Flopy”. El peligroso juego de seducción por SMS lo llevó a intentar concretar algunos encuentros, que se frustraron porque nunca concurría solo, sino que iba con amigos, y en dos autos.
Esto desalentaba a los secuestradores, que tuvieron la paciencia necesaria como para dar el golpe en el momento adecuado. Mientras tanto “Flopy” seguía creciendo en el imaginario de la víctima, que a cada momento recibía mensajes suyos.
Tarea fina
Pero con la espera llegaron los resultados. Entre la medianoche del 29 y la madrugada del 30 de diciembre de 2008 se sucedieron las llamadas extorsivas a la casa del secuestrado. La madre del chico estuvo a cargo de la negociación, acordando un monto y lugar de entrega a cambio de la liberación con vida del cautivo.
Los delincuentes lograron sacarle alrededor de $ 100.000 y el muchacho fue liberado a las diez de la mañana en el límite entre Santo Tomé y Sauce Viejo.
No hubo denuncia policial, sino que la Justicia Federal debió actuar de oficio, en relación directa con las Tropas de Operaciones Especiales.
Una fina y exhaustiva tarea de inteligencia le permitió a dicha fuerza de seguridad establecer los vínculos entre los llamados recibidos aquella madrugada y un grupo de personas que podría tener relación con el secuestro. Además, debieron contrarrestar la falta de colaboración que las propias víctimas, que pretendieron mantenerse al margen del hecho.
Los otros
Un atropello de los delincuentes, tal vez un gesto de impunidad, los dejó prendidos para siempre en la trama cuando los investigadores advirtieron que uno de los llamados era del número celular de Krenz, allegado de la casa.
Desde esa línea comenzaron a establecer relaciones con otros teléfonos, que también derivaron en la detención de una mujer de Sauce Viejo, de 40 años; y de un muchacho de 21; ambos con falta de mérito y en libertad.
El caso pasó de la Justicia Federal a la Oficina de Causas con imputados no Individualizados, donde se hizo cargo la fiscal María del Carmen Bertone. Junto con las TOE continuaron con la recopilación de pruebas, hasta que establecieron las identidades de los titulares de las líneas y entonces el caso pasó al Juzgado de Instrucción Séptima.
Aunque para el juez De la Torre estaría probado que el celular de Krenz se utilizó para hacer la última llamada, todavía resta establecer quiénes fueron los autores materiales del secuestro, los cuales aún no fueron detenidos.
Más involucrados
Las otras dos personas que el mes pasado fueron detenidas en el marco de la investigación por el secuestro extorsivo recuperaron la libertad tras prestar declaración y analizarse su situación procesal.
El juez Penal Diego de la Torre consideró que no existe mérito para procesar ni sobreseer a ninguno, aunque los teléfonos utilizados en la extorsión hayan sido de su propiedad o estuvieran registrados a su nombre. La clave para seguir desandando este caso estará en la detención del único prófugo, quien podría completar el cuadro que lleve a conocer a los autores materiales del delito.

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